Mi perro se llama Tom. Tiene 3 años y es mi mejor amigo. Es un San Bernardo precioso, muy grande y con un pelo muy brillante. Tom siempre está feliz. Pero por las mañanas, yo me voy a trabajar y Tom llora un poco. No quiere estar solo. Yo también estoy un poco triste, pero Tom no puede ir a trabajar conmigo. Mi jefe es alérgico a los perros.
Tom siempre quiere jugar en el jardín. Todos los días llego a casa a las 6 de la tarde. Tom me ve y ladra porque quiere jugar. Pero yo a veces estoy cansado porque trabajo mucho.
Entonces, Tom no dice nada. Se sienta en el sofá conmigo y vemos la televisión. Tom es muy inteligente y tiene un gran corazón.
Por la noche vemos juntos la televisión. A Tom le gustan las películas de acción. A veces, una escena le gusta mucho y empieza a ladrar sin parar. Tom puede ladrar durante casi media hora. Entonces, mi vecino viene y dice “¡No puedo dormir! ¡Quiero dormir!”. Yo digo “Lo siento. Ahora mismo apago la televisión”. Mi pobre vecino tiene mucha paciencia.