— La verdad que yo la quería mucho. ¡Ayyy! El primer amor nunca se olvida. ¿Y tú Eva?
— ¿Qué?
— ¿Que cómo fue tu primer novio?
— Uh…Tuve mi primer novio a los 25 años.
— Un poco más y esperas a casarte.
— Sí. La verdad es que no fui muy precoz, pero después he recuperado el tiempo perdido.
— Eso dicen.
— Era guapo, muy guapo. Tenía un cuerpo perfecto, casi de mujer.
— Mmm, muy bien.
— Me regalaba joyas… ropa interior sexy… Era muy detallista.
— Hablas como si hubiese muerto.
— Ha muerto su lado masculino.
— ¿Cómo?
— Sí, años después de dejarlo vino a mi consulta y me comentó que… quería cambiar de sexo. No estaba a gusto con su cuerpo.
— ¿Y…? ¿qué le dijiste?
— Que lo hiciera. Meses después volvió y la verdad es que es muy guapa. Pelirroja… alta? La verdad es que lo que no se pudo quitar fue un tatuaje que tenía en la espalda. Un duende.
— ¿Un duende subido a un delfín? Y era pelirroja con ojos verdes…
— Sí
— ¿Vivía en la calle Balmes?
— Número 100 escale?
— Escalera izquierda, 5º 4ª
— ¡Sí,señor! ¿la conoces?
— Sí…mucho… demasiado. ¡Salí con ella tres meses!
— ¿Y también te regalaba ropa interior como a mí?
— ¡Quién os iba a decir que tendrías algo en común! ¡Aunque fuese un novio! Perdón. ¡una novia!
— ¡Ay, Sandro! ¡Anda, tú! ¡Mira!