Диалог на испанском с аудио «El gato negro»

ANDRES: Emm, Belén, tu gato se ha subido a mi regazo.

BELEN: ¿Y cuál es el problema?

ANDRES: Sabes que no me gustan los gatos. Quítamelo por favor.

BELEN: Oh Andrés, no seas miedoso. Es sólo un gatito.

ANDRES: Oh, no te hagas la ofendida sólo porque no me gusta tu “gatito”. Llévalo al balcón, por favor.

BELEN: Está bien. Ven aquí Júpiter, ven aquí. ¿Ahora estás tranquilo, Andrés?

ANDRES: Sí, gracias. Oh por Dios, ha llenado de pelos mi pantalón nuevo.

BELEN: ¿Qué pasa contigo? ¿Le tienes miedo a un gatito?

ANDRES: No es miedo Belén. Me da impresión.

BELEN: ¿Cómo puedes decir eso de Júpiter? Él es bueno y limpio.

ANDRES: No es únicamente Júpiter. Todos los gatos me dan impresión. No me gustan, entiéndelo de una vez.

BELEN: Entonces tú eres de esos tipos que de chicos maltrataban a los gatos.

ANDRES: Oh, por favor, no inventes. Nunca he maltratado a un animal. Simplemente no me gustan los gatos. ¿Podrías dejarme ver el partido de fútbol tranquilo? Además Júpiter es un gato negro, y los gatos negros traen mala suerte.

BELEN: ¡¿Qué?! ¡No puedo creer lo que oigo! ¿Cómo puedes creer en esa idiotez?

ANDRES: Sólo fíjate en el partido. Mi equipo está perdiendo uno a cero, y el gol fue justo cuando ese gato apareció aquí.

BELEN: No sé si reírme o llorar. Haré de cuenta que no he oído nada. Cuando voy a tu casa y estamos cenando, tu perro apoya su hocico en mi pierna para que le dé algo de comer, y yo no me quejo.

ANDRES: No hagas comparaciones, Rolo es inocente y juguetón.

BELEN: Es hermoso, pero deberías educarlo mejor. No está bien que venga a buscar comida cuando nosotros estamos cenando. Y tampoco me gusta que se suba a la cama. Y si lo hace, deberías bañarlo más seguido.

ANDRES: ¡Rolo está limpio!

BELEN: Yo diría que tú lo quieres tanto que ya no le sientes el olor.

ANDRES: No es así Belén, lo baño cada mes. Tu gato también se sube a tu cama y yo no me he quejado de eso.

BELEN: Pero él no pesa cuarenta kilogramos; no me obstaculiza. Puedo dormir tranquila con Júpiter en mi cama.

ANDRES: ¿Sabes? Lo que no me gusta de los gatos es esa forma misteriosa en la que se comportan.
Los perros son más simples e inocentes. Además son más compañeros que los gatos. Los perros siempre están incondicionalmente a tu lado; tanto en la alegría como en la tristeza ellos están dispuestos a hacerte compañía. Los gatos sólo se acercan cuando hay algo que les interesa, como comida o calefacción. Y cuando ya no te necesitan, se van dos o tres días a dar vueltas por la ciudad.

BELEN: Tú no sabes nada. Los gatos salen varios días para reproducirse, y luego vuelven a casa algo dañados por las peleas con otros gatos. Pero eso lo hacen por instinto, no porque sean desagradecidos.
Además, los gatos sí son afectuosos, de hecho Júpiter se subió a tu regazo para que lo acaricies, y tú lo rechazaste.

ANDRES: Bueno, está bien. La próxima vez intentaré tratarlo bien y acariciarlo.

BELEN: Eso espero, porque él es parte de mi familia.

ANDRES: Hablando de familia, ¿Has pensado cómo vamos a hacer el día que nos vayamos a vivir juntos? Quiero decir, ¿Qué pasará con Rolo y Júpiter? ¿Cómo se llevarán?

BELEN: Sí, lo he pensado. No es fácil lograr que se lleven bien, pero tampoco es imposible.

ANDRES: Además, no podremos irnos a un apartamento, deberemos mudarnos a una casa con jardín.

BELEN: Por supuesto Andrés, ya hace años que vivo en un apartamento, y realmente deseo vivir en una casa con jardín. Me encantan las plantas; voy a tener jazmines, malvones, rosas chinas y un limonero.

ANDRES: Jaja, ¡creo que Rolo se encargará de “regarlas” cada día!

BELEN: ¡Si tu perro orina mis plantas te arrepentirás, ya que tanto él como tú se quedaran sin cena!

ANDRES: Me gustaría que tuvieras la misma rigurosidad cuando Júpiter orine debajo de mi automóvil, cosa que ya ha hecho varias veces, y queda un olor insoportable.

BELEN: Él orina tu auto porque sabe que tú no lo quieres. Comienza a quererlo y verás que no lo hará más.

ANDRES: Qué fantasiosa eres. Ese gato no se da cuenta si yo lo quiero o no.

BELEN: Eso es lo que tú piensas. Él lo sabe todo, es muy astuto.

ANDRES: Sí, es tan astuto que ya ha caído dos veces del balcón hacia la acera.

BELEN: Se cae porque es muy travieso y curioso, y no tiene miedo de nada. Pero eso no significa que no sea astuto. De todos modos, ese es otro motivo por el cual quiero que vivamos en una casa con jardín. Porque Júpiter necesita estar al aire libre, y aquí no puede, por eso es que a veces salta del balcón.

ANDRES: Un día de estos traeré a Rolo a tu apartamento, para que vaya entrando un poco en confianza con Júpiter, así cuando vivamos juntos ya no les será tan extraño.

BELEN: Tienen que acostumbrarse de a poco a estar juntos. Al principio habrá uno que otro problema, pero con el tiempo estoy segura de que se harán amigos. Ya verás que Rolo será más tolerante con Júpiter que tú.

ANDRES: Cuando nos mudemos compraré un loro. Desde niño sueño con tener uno. Le enseñaré a hablar.

BELEN: ¿Estás loco Andrés?

ANDRES: Espero que Júpiter no lo agreda.

BELEN: Es un gato, no podrá evitarlo. Vas a tener que cuidarlo mucho. Tú sabes cómo son los gatos; estará todo el día ingeniándose para poder sacarlo de la jaula y almorzárselo.

ANDRES: Adiestraré a Rolo para que cuide de mi lorito.

BELEN: Rolo ya es adulto para ser adiestrado. Eso es posible sólo cuando se trata de un perro cachorro.

ANDRES: Qué problema, porque también quiero comprar una pecera con peces.

BELEN: ¿Lo haces a propósito? Tú sabes bien que las aves y los peces son la debilidad de los gatos.

ANDRES: Belén, ocúpate de que tu gato no ataque al loro ni a los peces. Si lo logras, quizás con el tiempo yo pueda hacerme amigo de Júpiter.

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